lunes, 9 de noviembre de 2020

¿CÓMO ESTÁS? NO, NO, QUE ¿CÓMO ESTÀS?

 Cuando nos encontramos con algún conocid@, la primera frase que intercambiamos suele ser: "Hola, ¿cómo estás?", y las respuestas suelen ser: "va bien", "vamos tirando", "pues que quieres que te diga, de aquella manera" o "pues con lo que hay no nos quejaremos". Lo que tienen en común todas ellas es que no dan ninguna información, ni a la otra persona, pero, lo más importante, a ti tampoco.

Si después de estas frases vacías, volemos a preguntar a la otra persona, mirándola a los ojos, y de forma pausada: "Me refiero, a ¿cómo estás tu realmente?"; suelen pasar dos cosas. Una, que no sabe qué responder; dos, que te cuenta lo que le ha pasado, pero no cómo está realmente. Esto también sucede si te haces la misma pregunta a ti mismo: "¿Cómo estás tu ahora?".

Deja de hacer lo que estés haciendo, detén tus pensamientos, e intenta describir cómo te sientes ahora mismo, no lo que te ha pasado, lo que vas a hacer o lo que estas haciendo ahora. Sino, cual es tu estado mental-emocional: triste, contento, enfadado, deprimido, alegre, eufórico, decepcionado, preocupado, ilusionado, tenso, ansioso, melancólico,... Hay muchas opciones, ninguna buena, ni ninguna mala, lo importante es darse cuenta, ser consciente de cual es nuestro estado mental-emocional en el presente (aquí y ahora).


Si no sabemos cómo estamos, es muy difícil gestionar eficazmente nuestros recursos mentales y físicos, ya sea para la práctica deportiva o  para el día a día. 


Si trasladamos esta situación al ejercicio físico podemos encontrar dos situaciones:


A.- ENTRENAMIENTOS: Todos tenemos días mejores y peores. Podemos estar tristes por la pérdida de un familiar, agobiados por el trabajo, preocupado por esperar el resultado de un examen, enfadado por haber discutido,...; y es inevitable que nuestro estado mental-emocional afecte a nuestro rendimiento. Puede ser que estemos muy eufóricos y forcemos demasiado el ritmo y nos lesionemos; o que nos sintamos desanimados y afrontemos el entrenamiento de forma negativa, o a lo mejor nos lo saltemos porque estamos agobiados por el trabajo.

Ayuda mucho ser conscientes de nuestro estado mental-emocional, ser capaces de definirlo de la manera más concreta posible. No es lo mismo estar contento que alegre o eufórico, ni estar triste que deprimido o decepcionado. 

Si nuestro estado mental-emocional nos hace estar demasiado activos, tendremos que afrontar el entrenamiento de forma más pausada, hacer lo que toca ese día, intentando no malgastar energía que nos harán falta en días donde no estemos tan "motivados" (más no es mejor). 

En cambio si estamos con un estado mental-emocional bajo, hay que intentar ser positivo, centrarse en  hacer el entrenamiento de la mejor manera posible, y a lo mejor no coger tiempos o pulsaciones. Centrarse simplemente en completar la sesión, a lo mejor nos sorprendemos y va mejor de lo esperado.


B.- COMPETICIONES: En las competiciones aún es más importante que seamos capaces de describir exactamente nuestro estado-mental, no intentar esconderlo, ni autoengañarnos. Si somos capaces de saber cómo estamos ese día, podremos utilizar la información a nuestro favor. Podremos separar las acciones que tenemos que realizar durante la competición (buena técnica, no descuidar la alimentación-hidratación, seguir la táctica planificada, repasar material, recorrido,....), de nuestro estado mental-emocional. Porque, una vez somos consciente de esta información mental-emocional, su intensidad baja, y disminuyen sus interferencias sobre lo realmente importante, centrarse en realizar las acciones de la mejor manera posible, independientemente de nuestro estado emocional, para intentar obtener el  mejor rendimiento durante esa competición.


Pero si  solamente  tenemos en cuenta la gestión de nuestro estado emocional-mental en las competiciones no va a funcionar, hay que practicarlo cada día, cada momento, en cada entrenamiento.


RECOMENDACIONES:


- Antes de cada entrenamiento apunta como te sientes, intenta ser lo más concreto posible. Después el entrenamiento evalúa tu rendimiento del 0 a 10. Así verás en qué estados mentales rindes mejor.

- Cuando no estés a gusto con tu estado mental-emocional, escribe en un papel, cómo te sientes (recuerda ser concreto), y qué acciones puedes hacer para cambiar este estado por otro que te ayude a rendir mejor. Ejemplo: Me siento: decepcionado. Acciones a hacer: salir a trotar suave y centrarme en la respiración.

- Intenta escribir tu estado mental-emocional ahora. Y luego escribe porqué te sientes de esta manera.


CONCLUSIÓN:

Tu estado mental-emocional es información para ti, no la desaproveches.

Intenta ser consciente de cómo te sientes, porqué te sientes así Y LO MÁS IMPORTANTE: QUE HARÁS CON TU ESTADO EMOCIONAL.

PORQUE AL FINAL, LO IMPORTANTE NO ES TANTO, COMO TE SIENTES; SINO LO QUE ERES CAPAZ DE HACER CON TU ESTADO FÍSICO-MENTAL-EMOCIONAL. 

Os dejo el enlace de una entrevista a Estanislao Bachrach sobre este tema, os recomiendo sus libros y videos en youtube, donde expone la inteligencia emocional desde un punto de vista biológico y orientado al rendimiento personal y deportivo. 

#sigan #saludydeporte





No hay comentarios:

Publicar un comentario